El fin de las religiones

Desde los albores de nuestra especie, algunos "elegidos", se han ubicado a sí mismos, en posiciones de privilegio en distintas formas de estructuras jerarquizadas, diseñadas (han dicho ellos) para conducir al hombre hacia su (o sus) creador (o creadores).

En todas las culturas podemos distinguir sacerdotes, pastores, chamanes, hechiceros, y otros especímenes que, más o menos organizados, (dependiendo de la antigüedad de la esctructura en que se inscriben, de su sofisticación y del poder alcanzado), han dirigido las voluntades de los hombres mediante el refuerzo permanente de su ignorancia (del hombre) y la utilización descarada y, muchas veces, cruel y desalmada, del miedo, la desinformación y la vergüenza y, así tambien, de la violencia que, muchas veces, ha superado a los peores atentados terroristas que hemos conocido en esta edad.

Esas estructuras, diseñadas para autosoportarse y autojustificarse, cargadas de elementos dogmáticos, de reglas que se fundamentan en otras reglas que, a su vez, se basan en concepciones de la propia doctrina y que resultan facilmente comparables con célebres películas de ciencia ficción, toda vez que solo se explican sobre si mismas sin más argumento que sus propios "dogmas de fé", llegan a su fin.

Intuyo con mucha fuerza, el fin de las religiones tal y como las conocemos.

Presiento el despertar de las conciencias hacia una percepción del cosmos más transparente, presiento que nos quitaremos las vendas puestas por otros sobre nuestros ojos y que seremos capaces de mirar directamente hacia la verdad, hacia el Dios anhelado y completo...

¿Por qué no somos capaces de sentirnos parte del cosmos e insistimos en actuar como espectadores?

Nuestros átomos no están aislados del resto del universo..."somos polvo de estrellas" dijo álguien...

Bueno, pues tengo la sensación profunda de que, en el transcurso de los próximos cien años, nos haremos cargo de esto...de que redimensionaremos nuestras vidas acercándonos a comprender lo pequeños y, al mismo tiempo, lo maravillosos que somos...tanto como el resto del universo y la existencia en si.