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Mostrando entradas de agosto, 2009

Maestra Montaña

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...y el salón de clases, estaba allí preparado, como siempre, como nunca...permanente y siempre diferente, enorme y pequeño, como nosotros mismos... De techo, el cielo encortinado de estrellas en la noche y bendecido de sol durante el día... La Maestra, seductora, clara, firme, gigantezca, amable, acogedora y exigente, conciente de las lecciones guardadas por siglos y enseñadas a tantos...serena y dispuesta a recibirnos en un abrazo extraño e inolvidable... Esta vez, las materias enseñadas fueron, el frío...más sin dañarnos; la fatiga...más sin agotarnos; nos enseñó la sed, sin permitirnos llegar a estar sedientos. Nos mostró el valor de la constancia, de la perseverancia...nos hizo sentir el desafío de avanzar en la ruta hacia su cima, el cansancio... El sol, nos habló de su poder...el viento estuvo ausente, amable, sabiendo que, quizas, estos discípulos, no estaban listos para conocer de su inclemencia...la lluvia y la nieve se guardaron quietas para una próxima lección... La Maestra

A Dios, maravillos y eterno,..no al de las religiones, sino al Dios de amor y luz, fuente permanente de creación y gloria...

Cuenta la historia, de un hombre excepcional, que, entre otras cosas, despreció siempre los bienes materiales y demostró en toda su vida una consecuencia enorme con su fé en Dios...de alguna manera, su oración humilde y sencilla, reune en sus anhelos, la vocación de ser un hombre de Dios...sin apellidos, marcas, nombres, títulos ni nada...un hombre de Dios reconocible por sus obras y no por sus atuendos o sus diplomas...un hombre que nos hace sentir que hay un Dios y que estar a su servicio, es estar al servicio de nuestros hermanos...y que ellos, no son otros que todos quienes nos rodean, sin distingo alguno de clase, religión, color o sexo... Me permito transcribir mi interpretación de una oración maravillosa que quisiera hacer mía en cada momento de mi vida: Dios: haz de mi un instrumento de tu paz. Que donde haya odio, ponga yo amor... Donde haya ofensa, lleve yo el perdón... Donde haya discordia, lleve yo la unión... Donde haya duda, lleve yo la fé... Que donde haya error, lleve y